Abelardo Palma Molina
CEIBA y FOCA
Noviembre del 2010
ASISTENCIA
Asistieron 31 hombres y 18 mujeres; hombres de 15 organizaciones, de 5 comunidades y de 6 Municipios que geográficamente pertenecen a 3 regiones del Estado de Chiapas. Así como también la presencia de 1 hombre de la organización Diversidades del Estado de Oaxaca y otro más de la organización Género y Desarrollo de la capital mexicana.
El encuentro fue convocado por el Centro de Educación Integral de Base A.C., Centro de Investigación y Acción de la Mujer Latinoamericana A.C., Comisión de Apoyo a la Unidad y Reconciliación Comunitaria A.C. y Formación y Capacitación A.C.
Son varios aspectos que contemplar para la evaluación.
1. La Metodología y su aplicación. Desde cómo estaba articulada y cómo la desarrollamos y sus resultados.
2. Las iniciativas concretas que se acordaron impulsar. Sus implicaciones y retos metodológicos que nos plantea.
a) Espacios de encuentro.
b) Alianzas. Explorar posibilidades de trabajos conjuntos que supone pensar en un proyecto articulador que signifique intercambios formativos con una metodología que tenga como sustento la educación popular.
3. Conversatorio con mujeres.
METODOLOGÍA
1. Las opiniones vertidas coinciden en que la metodología fue pertinente. Que el diseño logró cumplir el objetivo del encuentro. Todo el proceso metodológico tenía una lógica de articulación que se movía en varios planos desde que iniciamos. El primer momento estuvo diseñado para trabajar a partir de actividades lúdicas toda la parte corporal, pero también, empezar a explorar tres niveles de actuación de las masculinidades; Yo y mi persona, Yo y mi familia y Yo y mi comunidad. Con esta estrategia es que abordamos la actividad del diagnóstico. En todas las actividades incorporamos distintos juegos que al ser analizados nos aclaramos que es consustancial a la construcción y reproducción de las masculinidades hegemónicas. En principio parecía que la agenda estaba demasiado apretada y que íbamos contra reloj. Sin duda nos faltó tiempo para compartir entre nosotros y eso provocó pensar en la necesidad de un segundo encuentro y de abrir espacios para los intercambios con otros hombres. Por esa razón nos quedamos cortos en cada una de las actividades propuestas. El diagnóstico fue un primer acercamientos a la problemática que enfrentamos los hombres y a las preocupaciones que tenemos. Fue insuficiente, sin embargo, salieron a relucir ejes de trabajo a profundizar en los siguientes encuentros y en los espacios que se propusieron abrir. Temas como el de violencia ligada al consumo del alcohol es una recurrencia, pero además se plantea como una urgencia para ser atendida. Lo mismo sucede con el tema de la sexualidad que subyace en la manera de relacionarnos entre los hombre. El ejercicio de las paternidades y sus transformaciones en el núcleo familiar resultado de los procesos migratorios que se están agudizando en Chiapas nos plantean retos no solamente metodológicos sino también, la necesidad de empezar a discutir qué sucede cuando los hombres se van a buscar trabajo fuera de su comunidad y retornan después de permanecer un largo periodo fuera de su casa.
El trabajo corporal incorporado como recurso para abordar las subjetividades nos permitió a “viejos” y “nuevos” posicionarnos desde el corazón, la emoción y el sentimiento, más que de la racionalidad característica de nuestras masculinidades. Reconocer, mirarnos corporalmente y despojarnos de temores para acercarnos afectivamente a otros hombres fueron también parte de las vivencias y aprendizajes para desmitificar que el contacto corporal con otros hombres nos hace “menos” hombres. Situación que amerita adentrarnos a la tarea de abordar el tema de la diversidad sexual.
INICIATIVAS
Destaca el interés de todos por darle continuidad al intercambio entre hombres. Con esa finalidad se propuso abrir dos espacios permanentes de encuentro entre hombres; uno en Comitán y otro en San Cristóbal de las Casas. Además de seguir con el espacio de talleres que desde hace tres años realizamos CIAM y FOCA con hombres de comunidades indígenas.
En mi opinión esto nos plantea nuevos retos, no nada más para garantizar continuidad, sino también, para el diseño de la metodología que favorezca la reflexión, aprendizajes y multiplicación del trabajo de género con hombres. Una primera tarea que habrá que resolver es la dinámica de funcionamiento regular de los espacios acordados. En principio ya existen fechas de reunión para ponernos de acuerdo en las necesidades y funcionamiento. El otro gran reto es hacer y consolidar un equipo de facilitadores que reproduzca y sensibilice a otros hombres para abordar la problemática de género en los contextos comunitarios. En este sentido el encuentro nos abrió los ojos para ve la importancia de incorporar y/o prepararnos entre todos para reproducir los aprendizajes y experiencias con otros hombres de las comunidades indígenas. No es casual que ahora el grupo de hombres que llegaron de comunidades y organizaciones estén planteando la urgencia de producir herramientas y diseñar estrategias para facilitar talleres con hombres.
Los acuerdos de articulación por regiones fueron:
Región Chilón y Ocosingo
1. Continuar asistiendo a los talleres con hombres y buscar espacios de encuentro
2. Trabajar en las comunidades para sensibilizar a otros hombres.
3. Buscar a otros hombres que tengan voluntad y confianza.
4. Promover el trabajo de género con hombres en cada una de las organizaciones.
Región fronteriza Comitán
1. Realizar reuniones entre hombres una vez al mes y cuando sea necesario hacer reuniones extraordinarias. Próxima reunión el 27 de Noviembre en CEIBA.
2. Contactar a otros hombres para que se involucre en el trabajo de género.
3. Promover un Segundo Encuentro en tiempo máximo de un año y si es posible antes.
Región San Cristóbal de las Casas
En esta región nos reunimos hombres de San Cristóbal, 1 de Oaxaca y 1 del Distrito Federal.
1. Reunirnos una vez al mes, abrir un espacio para trabajar nuestras masculinidades y ponerle nombre.
2. Realizar intercambios metodológicos con hombres de Oaxaca y Distrito Federal.
3. Explorar la posibilidad de hacer convenios de trabajo entre organizaciones para:
a) Formarnos en estrategias para trabajar la violencia con hombres
b) Diseño de estrategias metodológicas para la multiplicación del trabajo de género con hombres.
4. Promover alianzas y diseñar estrategias para la obtención de recursos financieros.
Respecto a las alianzas y posibles convenios de trabajo que se plantean como intención para acercarnos con otros hombres y organizaciones será otro de los aprendizajes que no están escritos. Y lo digo porque al plantearnos trabajar en alianza y coordinación con otros hombres y organizaciones en un clima de respeto e igualdad de condiciones no es fácil. Por eso debe de quedar muy claro cuáles son los intereses mutuos, de tal forma que podamos realizar convenios de trabajo para fortalecernos y crecer todos. La necesidad de tejer redes o alianzas es para enriquecer nuestros trabajos, aprender a compartir experiencias, sin centralismos, desconfianzas y protagonismos. Ese será otro de los grandes retos que tenemos.
De acuerdo a las expectativas ventiladas en el encuentro la necesidad de alianzas y coordinación con otras organizaciones es para prepararnos en el trabajo de género con hombres y para explorar la posibilidad de diseñar estrategias de financiamientos conjuntos que nos permitan fortalecer el trabajo existente y ampliarlo a otros espacios. Aprovechar y potenciar el espacio en red creado en Huehuetenango Guatemala en Abril del 2009, con la formación de la Red Mesoamericana de Trabajo en Masculinidades Indígenas y Campesinas organizado por Diversidades de Oaxaca, en donde asistieron más de 25 organizaciones de México y Centroamérica, es una buena oportunidad para generar acercamientos, aprender, aportar y ser parte del movimiento social mesoamericano.
CONVERSATORIO CON MUJERES
Es el primer experimento realizado en Chiapas. La idea de hacer un conversatorio con mujeres nace de compañeras mujeres y no de los hombres. Cuando propusimos la posibilidad de convocar a mujeres feministas como parte de las actividades del encuentro hubo compañeros hombres que tuvieron sus reservas y propusieron que mejor esperáramos para un siguiente encuentro. No nos equivocamos al atrevernos a convocar a las mujeres para que compartieran sus visiones desde los diferentes feminismos. Sobre el particular han surgido varias opiniones; desde las que sostienen que no fue un conversatorio en el sentido literal de la palabra porque fueron pocos los hombres que hablaron, hasta quienes dicen que fue un éxito y otras más, comentan qué no es posible que los hombres convoquemos a las mujeres. Pues sí es posible. Y es por una razón fundamental. Los que trabajamos el género con enfoque en las masculinidades tenemos un referente ineludible y es la otra parte de la humanidad. Mi referente inmediato de construcción de masculinidad es la mujer.
El ejercicio resultó interesante porque previamente al encuentro propusimos varias preguntas que sirvieran de provocación para el conversatorio. Preguntas generales que no necesariamente planteaban rigidez pues quedaba abierta la posibilidad de hablar libremente de lo que se quisiera. Así quedaron las preguntas:
Desde tu experiencia, ¿Cómo ves el trabajo de género con hombres?
¿Consideras que el trabajo de género con hombres contribuye a los procesos de emancipación?
¿Cuáles son los aportes del feminismo al trabajo de género con hombres?
¿Qué nos puedes decir en relación a las estrategias metodológicas para abordar el trabajo de género con hombres en contextos indígenas y rurales?
¿Retos o desafíos que visualizas para sensibilizar o involucrar a los hombres en la lucha por la igualad y equidad?
¿Qué opinión te merece el enfoque de género que propone la incidencia en políticas públicas?
Ninguna de las ponentes se ajustó a la lógica de las interrogantes y se explayaron de acuerdo a sus posicionamientos políticos. Planteamientos contundentes y moderados pero que al final todos coincidieron en que la lucha por destruir el sistema patriarcal o el modelo hegemónico de masculinidad tiene que ser conjuntamente entre mujeres y hombres. Para nosotros el objetivo del conversatorio con mujeres se logró a cabalidad porque la idea fue conocer los distintos posicionamientos de las mujeres para lograr la igualdad y equidad. La radicalidad verbal de algunas compañeras, en el sentido de que si nosotros los hombres buscamos alianzas con las mujeres, primero debemos renunciar al poder y a los privilegios, fue leída por algunos hombres como “nos están golpeando”, “híjole como que da miedo”. Las intervenciones de las mujeres fueron entendidas perfectamente por todos no obstante que se utilizaron conceptos de la teoría feminista que no son familiares para algunos hombres que asistieron al encuentro.
Al hacer la evaluación con los hombres de las comunidades propusieron la necesidad de conocer las corrientes feministas y la teoría que explica cómo se reproduce el modelo hegemónico de masculinidad.
Finalmente decir que coincido con la idea de que tenemos que organizar un segundo conversatorio. Habrá que resolver si lo hacemos en el marco del segundo encuentro con hombres o bien como una actividad independiente.
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